Wednesday, April 28, 2004

¿Me lo repite de nuevo?

[ Nuevo post en la sección "por eso se me llenó el disco rígido". En este caso, un escrito de aquellos mismos tiempos angelicales. Y ahora en serio, si mi disco se llenara con cosas como esta, felix sería ]

---

Hay dos cosas que vuelven loco a mi tío político: que la gente redunde y que reitere dos veces lo mismo.

Esta carta epistolar es una descripción que lo caracteriza para que los desconocidos que nunca lo han visto sepan de su gloriosa existencia, y para que los que hemos sido obsequiados con el regalo de conocerlo, tengamos otra oportunidad de volver a recordarle de nuevo otra vez cuánto lo queremos.

De todos los recuerdos del pasado que guardo en mi memoria, uno de los más gratos es aquel festejo de cumpleaños en Totoras, que fue una sorpresa que no me esperaba.

Pero en este punto quiero hacer un alto para que el relato que les cuento no deje de adolecer de la falta de menciones sobre el resto de la familia de mi tío, ni de sus parientes. Porque si hay algo que estoy aprendiendo que antes no sabía, es a gozar del placer de disfrutar de las relaciones humanas entre las personas.

Comenzaré en un principio por la principal y más importante de las personas humanas que hicieron posible que se me permita estar al alcance de lograr conocerlo. Ella es la bella María de los Ángeles (si se me permite la redundancia).

Ángeles me enseñó a disfrutar de un montón de muchas cosas que mi amnesia había olvidado con el transcurrir de los años que iban pasando. Es notorio y hay que mencionar cómo uno cambia las costumbres rutinarias usuales sin saber la causa del motivo y se pierde de tantas cosas lindas y simples de la vida cotidiana de todos los días. Al poco tiempo de convivir junto con Ángeles, redescubrí de nuevo las tostadas con mermelada, la leche chocolatada, el caminar descalzo sin zapatos y sentir la sensación del piso en vivo y en directo, etc., etc.

Creo que me estoy alejando de mi propósito personal original que tenía en un principio. Como que esto será un monólogo unipersonal en el que sólo escribiré yo, sería una iniquidad injusta que sólo hable nada más que de Ángeles, pues mi mirada sobre ella es subjetiva, personal y sesgada de mis acaloradas pasiones más ardientes.

Inicialmente al principio yo quería hablar de la familia nuclear de mi tío político Raúl, hermano de mi suegra. Creo que repetir su mención dos veces antes de nombrar al resto de los demás es quitarles protagonismo a los otros personajes principales de esta historia.

En mi propia opinión personal, yo creo que son todos una maravilla de personas. Es hermoso usufructuar y sacar provecho de ese valor agregado que se suma a las virtudes del grupo cuando comparten una tertulia reunidos para conversar. Están mutuamente interrelacionados entre sí unos con otros con una cohesión que los une y adhiere firmemente y los muestra invencibles a los ojos ajenos que pertenecen a otro lado.

La segunda en despertar mi admiración es mi tía, su esposa. Es la encargada de regentear la administración de una biblioteca de libros pública abierta a la comunidad de gente que vive en el pueblo. Es una perseverante asidua a la lectura y tiene la capacidad de poder contagiar esa pasión.

Sus hijos, son, simplemente, el resultado maravilloso de la herencia genética conjunta de sus progenitores que los gestaron y les dieron la vida cuando nacieron.

Quizás probablemente no agradecí debidamente como corresponde el haber sido tan generosamente atendido y festejado. Me divertí con los juegos lúdicos abundantes que no escaseaban en ningún momento del tiempo. Como no me gusta redundar, reitero nuevamente que quizás sea ése el motivo de no haber dejado de omitir el agradecimiento pertinente que correspondiera al hermoso trato recibido hacia mi propia persona. Tal vez puede ser que no haya tenido tiempo de valorar el precio de todos sus gestos y amabilidades y por eso aquí les mando el deseo de que sigan continuando bien, que estén tan lindos y unidos mutuamente como siempre y un deseo de verlos en el futuro que viene.

¡Salud!

No comments: